PRUEBA DE FUEGO
- Karla Hernandez
- hace 6 horas
- 4 Min. de lectura
Por Manuel CARMONA
En tiempos de crisis es donde el ser humano saca la mejor versión de sí mismo y muestra a todos la madera de la que está hecho. No hay excusas que valgan y no hay otra más que afrontar los hechos.
A muy poco tiempo de cumplir el año de haber entrado en funciones, Alejandro Armenta Mier enfrenta como Gobernador del Estado de Puebla su primer desastre natural de enormes proporciones. De ahí que es hora de poner fin a los rounds de sombra y a las interminables peleas con molinos de viento y centrarse de tiempo completo en la atención y gestión administrativa de la catástrofe, que no es cualquier cosa.
A unas horas de haber regresado a territorio poblano después de un polémico viaje por los Estados Unidos, le espera lo que considero será su primera prueba de fuego como titular del Poder Ejecutivo Local, para coordinar la ayuda a numerosos municipios de la Sierra Negra, Norte y Nor Oriental en nuestra entidad.
La destrucción que dejaron a su paso las lluvias de los últimos días, es de tal magnitud que será necesario además del esfuerzo gubernamental, hacer una convocatoria a todos los grupos y expresiones de la sociedad para hacer una pausa en las diferencias y conformar un frente común, a fin de estar en condiciones de apoyar sin distracciones a los miles de poblanos que perdieron todo su patrimonio.
Por eso es importante no tener más frentes abiertos, serenarse, hacer un llamado a la conciliación y poner TODA LA ATENCION en la organización, coordinación y supervisión del flujo de ayuda en esta etapa de emergencia y con posterioridad en la evaluación del monto de las pérdidas humanas y materiales, para después enfocarse en la planeación responsable e integral de los trabajos de reconstrucción.
Aunque en apariencia el número de vidas humanas que cobraron las inundaciones en Puebla no es elevado en comparación con otros estados del país. los daños materiales no se han podido calcular todavía, en relación a la infraestructura de comunicación (derrumbes de puentes y carreteras) viviendas y vehículos destruídos, establecimientos comerciales saqueados al por mayor, pérdidas de cabezas de ganado y miles y miles de hectáreas de sembradíos que se perdieron, se estima que el impacto en la economía también será devastador.
Por tal razón, para asistir a los miles de poblanos damnificados y posteriormente iniciar la reconstrucción será necesario :
1.- Mucho presupuesto (aún por cuantificar)
2.- Un extenso y detallado plan de trabajo y
3.- Un equipo de profesionales para implementarlo y darle seguimiento.
En el caso de los recursos, éstos llegarán vía FOPREDEN (Fondo de Prevención de Desastres Naturales) Fideicomiso que sustituyó al FONDEN, pero como suele suceder en estas circunstancias, el dinero más allá de la voluntad política fluirá lentamente y a cuenta gotas, en la medida que se empiecen a sortear todos los requisitos burocráticas, no obstante pese a los temores de muchos, sí hay presupuesto con que atender la contingencia.
Por lo que concierne al programa de reconstrucción, las acciones de gobierno no pueden circunscribirse únicamente a la simple entrega de despensas y el sostenimiento por unos días de comedores y albergues para los damnificados, sino a una modificación sustancial al Plan Estatal de Desarrollo a fin de plantear UNA RECONSTRUCCION INTEGRAL y de fondo, que incluya la reubicación de colonias que se encuentran asentadas en zonas de riesgo, a fin de prevenir nuevas desgracias en el futuro.
La expansión de colonias en asentamientos irregulares (construcción de viviendas en barrancas y zonas federales) es una de las asignaturas pendientes de casi todos los gobiernos, por lo que es el momento indicado para diseñar acciones con miras a la reconstrucción, pero al mismo tiempo para promover el reordenamiento urbano.
Todas estas son acciones y soluciones de fondo, son de mediano y largo plazo, para evitar nuevas tragedias, porque todos sabemos que en los años por venir no disminuirá el calentamiento global y por ende las lluvias torrenciales.
Aunado a lo anterior se deberá poner en marcha un ambicioso programa de inversión en infraestructura hidráulica como son las creación de vasos reguladores y represas tomando en consideración las particulares condiciones climatológicas que tienen las regiones afectadas, ya que aunque las autoridades nunca lo van a reconocer, las desgracias que tienen su origen en fenómenos de la naturaleza, sí pudieron haberse evitado, pero eso es otra historia en la que más adelante podríamos profundizar.
Pero para poder llevar a cabo un programa de reconstrucción INTEGRAL de largo aliento el titular del Ejecutivo va a requerir de un equipo de profesionales del servicio público que en este momento no tiene el actual gabinete, en el que predomina la juventud y muy escasa experiencia de gobierno como ya le ha sido señalado en múltiples ocasiones.
Haiga sido como haiga sido, la desgracia y los problemas reales ya están aquí y las presiones serán fuertes. Es hora de tomar medidas amargas si es necesario, adelantar los cambios que han sido tan comentados y de centrarse en la tarea de gobernar.
* El autor es abogado, escritor y analista político.

Comentarios