Épico combate de pequeña comunidad judía contra Hamás
- Karla Hernandez
- hace 1 día
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MARCOS H. VALERIO
Hace dos años, Mefalsim, un kibutz apacible cerca de la Franja de Gaza, amaneció ese 7 de octubre de 2023 bajo el rugido de camionetas y motocicletas. Alrededor de 50 terroristas de Hamás irrumpieron con un plan macabro: Masacrar a sus habitantes y secuestrar a civiles y soldados para llevarlos a Gaza.
Pero lo que parecía el preludio de una tragedia se convirtió en una hazaña de resistencia. Doce miembros del equipo de emergencia del kibutz, liderados por Moshe Kaplan, junto a agentes fuera de servicio, el comando élite Sayeret Matkal y el batallón de entrenamiento de la Brigada Kfir, repelieron el ataque en una batalla feroz que salvó al pueblo.
La mañana comenzó con caos. Entre 25 y 30 terroristas volaron la puerta peatonal del kibutz y se infiltraron, asesinando civiles y secuestrando temporalmente a un grupo de trabajadores tailandeses cerca del establo.
El escuadrón de emergencia, apoyado por el “Equipo Tequila” —una unidad de élite de YAMAM y Shin Bet bajo el mando de Yossi Tahar—, respondió con un intercambio de disparos que liberó a los rehenes y contuvo a los atacantes, quienes asediaban desde tres flancos.
La llegada de Sayeret Matkal y la Brigada Kfir selló el destino de los terroristas, muchos de los cuales fueron abatidos.
En el cuerpo de uno de los caídos se halló un documento revelador titulado “Misión: Kibutz Mefalsim”. El plan detallaba una operación meticulosa: Un comandante lideraba dos equipos de cinco terroristas cada uno, con órdenes de romper la valla, secuestrar soldados y civiles, y completar el asalto en minutos, anticipando la llegada de refuerzos israelíes en 3 a 5 minutos.
La precisión del documento, junto a mapas, guías de rehenes y frases en hebreo como “Levanta las manos y abre las piernas”, evidenciaba años de planificación con espías dentro de Israel.
No solo Hamás participó en la barbarie. Civiles gazatíes cruzaron la frontera, sumándose a saqueos, secuestros y asesinatos, borrando la línea entre combatientes y no combatientes.
Documentos capturados revelaron que Hamás planeó filmar y transmitir el ataque en vivo, con instrucciones para usar teléfonos, Skype y redes como VK, limpiando lentes y cambiando SIM para maximizar la propaganda.
Computadoras y cuadernos confiscados por la unidad Amshat de las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron ambiciones mayores: Atacar posiciones militares y penetrar decenas de millas en Israel.
La masacre del 7 de octubre dejó mil 200 muertos y 300 rehenes en todo el país, pero Mefalsim se alzó como un símbolo de resistencia. Los 12 defensores del kibutz, respaldados por las fuerzas élite, no solo salvaron a su comunidad, sino que expusieron la brutalidad calculada de Hamás, cuya infraestructura usaba escuelas y hospitales como escudos.
En el polvo de la batalla, Mefalsim demostró que la valentía puede doblegar incluso al terror mejor planeado.







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