Alista 4T reforma electoral
- Karla Hernandez
- 4 ago
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Objetivo, fortalecer la democracia
Debe garantizar elecciones transparentes, equitativas y accesibles
MARCOS H. VALERIO
El anuncio del Gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, sobre la creación de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, encabezada por Pablo Gómez Álvarez, marca un paso significativo hacia la consolidación de nuestra democracia.
Esta iniciativa responde a la necesidad urgente de revisar y actualizar el modelo electoral y de partidos, un sistema que, si bien ha permitido avances históricos, enfrenta desafíos que requieren adaptarse a los tiempos actuales.
La tarea de la Comisión es ambiciosa pero necesaria: realizar un diagnóstico profundo del estado actual del sistema electoral y diseñar una reforma legislativa que coloque a la democracia y al pueblo en el centro.
Esto implica no solo revisar el marco normativo, sino también fortalecer la representación popular y los mecanismos de participación ciudadana. La inclusión de legisladores, académicos, expertos, organizaciones y ciudadanía en este proceso asegura una perspectiva plural y enriquecedora, que reflejará las aspiraciones de un México diverso y dinámico.
En un contexto donde la confianza en las instituciones democráticas es crucial, esta reforma debe garantizar elecciones transparentes, equitativas y accesibles.
Además, debe explorar mecanismos que amplíen la participación ciudadana, como consultas populares efectivas y herramientas digitales que acerquen el poder a la gente.
La designación de Pablo Gómez, un político y académico con una trayectoria intachable, es un acierto.
Su experiencia como legislador, su profundo conocimiento del sistema político mexicano y su compromiso con la democracia lo convierten en la persona idónea para liderar este esfuerzo.
Su paso por la Unidad de Inteligencia Financiera y su historial como impulsor de reformas político-electorales previas son garantía de que esta comisión abordará los retos con seriedad y visión de futuro.
La democracia mexicana no puede estancarse; debe evolucionar para responder a las demandas de un pueblo cada vez más consciente y exigente.
Apoyar esta reforma electoral es apostar por un México más justo y participativo. Es una oportunidad para corregir las fallas del pasado, fortalecer nuestras instituciones y construir un sistema político que sea reflejo fiel de la voluntad popular.
Desde esta columna, celebramos el arranque de esta iniciativa y confiamos en que, bajo el liderazgo de la presidenta Sheinbaum y la guía de Pablo Gómez, México dará un paso firme hacia una democracia más robusta y cercana al pueblo.
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