"Alito" se fuga a Washington

Sus últimas brazadas, antes que el oleaje del desafuero lo arrastre a la cárcel

Sospecha de que este viaje es más un plan de escape

MARCOS H. VALERIO

Alejandro "Alito" Moreno, el aún senador y líder del PRI, parece estar dando sus últimas brazadas antes de que el oleaje del desafuero lo arrastre.

Mientras la Cámara de Diputados afila la guillotina para despojarlo de su inmunidad parlamentaria, “Alito” ha decidido emprender una peculiar cruzada en Washington, donde dice estar denunciando supuestos nexos entre el crimen organizado y la 4T. ¿Estrategia política o cortina de humo? Todo apunta a lo segundo.

Con la ligereza de quien sabe que el tiempo se le agota, "Alito" Moreno presume reuniones en la capital estadounidense para hablar de corrupción y crimen organizado, pero su discurso es tan vago como sus intenciones.

No hay nombres, no hay pruebas, solo promesas de entregar informes al FBI, la DEA y la OEA. ¿Realmente cree que las instituciones internacionales van a prestar oídos a sus acusaciones sin sustento? O, más bien, ¿es esta una maniobra desesperada para desviar la atención de las graves acusaciones que enfrenta en México?

El mensaje grabado desde Washington, con su tono de campaña y su retórica de “trabajar por México”, no convence a nadie. Suena más a un intento de construir una narrativa de víctima que a un genuino esfuerzo por combatir la corrupción.

“Jamás nos vamos a quedar callados”, dice, pero el silencio sobre los detalles de sus reuniones es ensordecedor. ¿Con quién se reunió? ¿Qué pruebas presentó? La opacidad de "Alito" solo alimenta la sospecha de que este viaje es más un plan de escape.

Y aquí viene la advertencia: México ya ha visto este guion antes. Políticos acorralados que, ante la amenaza de rendir cuentas, buscan refugio en el extranjero.

El desafuero que pende sobre Moreno no es un juego; es el resultado de señalamientos graves que merecen ser investigados a fondo.

Si logra evadir la justicia mexicana desde el exterior, estaremos ante otro capítulo de impunidad que tanto daño ha hecho al país.

"Alito" puede gritar desde Washington que defiende a México, pero sus acciones sugieren que solo se defiende a sí mismo.

Las patadas de ahogado no lo salvarán del escrutinio. Si realmente quiere demostrar su inocencia, que regrese, enfrente a la justicia y deje de esconderse detrás de discursos vacíos. México no necesita más prófugos disfrazados de héroes.