“Ayotzinapos” convierten Campo Militar en zona de guerra
- Karla Hernandez
- 26 sept
- 2 Min. de lectura
MARCOS H. VALERIO
La avenida Conscripto, frente al Campo Militar 1-A, se convirtió en escenario de caos y furia. A un día de cumplirse 11 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un grupo de encapuchados, identificados como integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, irrumpió con violencia para exigir justicia.
Con un camión de carga robado, derribaron la puerta principal del cuartel, lanzaron petardos y prendieron fuego al vehículo, dejando una estela de humo negro y consignas pintadas en las paredes.
La jornada comenzó con un mitin pacífico frente al Campo Militar, en la alcaldía Miguel Hidalgo. Madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, en 2014, alzaron la voz para exigir la entrega de 800 folios clasificados en poder de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que, según los manifestantes, podrían esclarecer el paradero de sus hijos.
“¿De qué privilegio goza esta institución para ocultar la verdad?”, cuestionó Isidoro Vicario Aguilar, abogado de las familias, durante el acto. Las consignas resonaron, acompañadas por un pase de lista que recordaba a cada uno de los normalistas ausentes.
Pero la calma duró poco. Minutos, un camión blanco, presuntamente secuestrado por los manifestantes, apareció rugiendo desde Periférico. Con los rostros cubiertos, un grupo de jóvenes maniobró el vehículo en reversa, embistiéndolo contra la reja de la entrada principal del Campo Militar en al menos cuatro intentos.
La estructura cedió bajo el impacto, y la marquesina de la fachada quedó parcialmente destruida.
Acto seguido, más de 30 detonaciones de petardos y cohetones caseros retumbaron en la zona, mientras los encapuchados arrojaban bombas molotov que encendieron el camión, envolviéndolo en llamas.
Las paredes del cuartel no escaparon de la furia. Pintas con las palabras “Ayotzinapa Vive” y el símbolo “43+” se mezclaron con calcas que señalaban a figuras como Jesús Murillo Karam, exprocurador general, Ángel Aguirre, exgobernador de Guerrero, Miguel Ángel Osorio Chong, exsecretario de Gobernación, y Enrique Peña Nieto, expresidente, como responsables de la tragedia.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y militares acordonaron el área, mientras el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México trabajó para sofocar el incendio.
Tanquetas militares lanzaron chorros de agua, pero fue la llegada de los bomberos lo que finalmente controló las llamas. No se reportaron heridos, y tras el estallido de violencia, los manifestantes se dispersaron rápidamente en una caravana de unos 20 autobuses, dejando tras de sí una nube de humo y escombros.
La protesta, parte de la jornada “Ayotzinapa: 11 años de luces y sombras”, refleja la frustración de las familias y estudiantes ante la falta de avances en el caso.
Emiliano Navarrete, padre de uno de los normalistas, acusó al Ejército de haber infiltrado la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa antes de los hechos de 2014, y reiteró la exigencia de acceso a los documentos clasificados de la Sedena.
Las movilizaciones continuarán este viernes, con una marcha anunciada del Ángel de la Independencia al Zócalo, en un grito unánime por verdad y justicia que no cesa
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