Busca 4T revitalizar producción de medicamentos
- Karla Hernandez
- 4 jul
- 2 Min. de lectura
A fin garantizar el acceso a la salud
Durante el gobierno de Felipe Calderón, debilitaron un sector estratégico para el país
MARCOS H. VALERIO
En un contexto donde la salud pública es prioridad, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha puesto el dedo en la llaga al señalar la preocupante caída de la industria farmacéutica nacional con respecto al Producto Interno Bruto en sexenios anteriores.
Desde la conferencia matutina, la mandataria subrayó cómo decisiones del pasado, particularmente durante el gobierno de Felipe Calderón, debilitaron un sector estratégico para el país.
Alejandro Svarch Pérez, director del IMSS-Bienestar, complementó esta crítica al destacar que, a partir de 2008, se eliminó el requisito de planta para la producción de medicamentos.
Esta medida, según el funcionario, tuvo consecuencias devastadoras, especialmente evidentes durante la pandemia de COVID-19. La falta de capacidad productiva nacional dejó a México en una posición vulnerable, sin la posibilidad de responder con agilidad a las necesidades de medicamentos esenciales.
“Si hubiéramos tenido este requisito vigente, habríamos tenido una capacidad propia para producir medicamentos con una industria nacional”, afirmó Svarch.
La presidenta Sheinbaum no solo diagnosticó el problema, sino que también delineó una solución clara: revitalizar la industria farmacéutica nacional mediante la producción de medicamentos genéricos.
Este objetivo, ambicioso pero necesario, se ve respaldado por acciones concretas. La liberación de patentes de medicamentos y un decreto que prioriza a las plantas de producción nacional en las licitaciones del Sistema Nacional de Salud son pasos firmes hacia la soberanía farmacéutica.
La eliminación del requisito de planta en 2008 no solo mermó la capacidad productiva, sino que también desmanteló un pilar de la autosuficiencia en salud. Hoy, el gobierno de Sheinbaum apuesta por revertir ese daño, fortaleciendo un sector que no solo impacta en la economía, sino en el bienestar de millones de mexicanos.
La salud no puede depender de importaciones ni de intereses privados; requiere una industria nacional robusta, capaz de responder a las necesidades del pueblo. Este es el momento de actuar, y las medidas anunciadas son un primer paso hacia un futuro donde México no solo consuma, sino produzca sus propios medicamentos
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