Desmiente Sheinbaum “castigo” Monreal y Adán

Presidenta califica como “chismes” las especulaciones sobre el acomodo de políticos

Durante su informe, quedaron detrás de las vallas: Andy López Beltrán, Ricardo Monreal y Adán Augusto López

MARCOS H. VALERIO

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo descartó cualquier “castigo político” hacia liderazgos de Morena, como Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Andy López Beltrán, tras las especulaciones surgidas por su ubicación detrás de una valla durante el cierre de su primer año de gobierno en el Zócalo capitalino. “Son chismes. No tiene nada de malo cómo se acomoda la gente, no hay ningún mensaje ni nada”, afirmó.

Durante el cierre de su primer informe, generó controversia al observarse a figuras clave como Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Luisa María Alcalde, Andy López Beltrán, Manuel Velasco y Octavio Romero detrás de una barrera metálica, mientras gobernadores, incluidos priistas autoproclamados “claudistas”, ocupaban la primera fila junto a Sheinbaum.

Este acomodo desató rumores de un posible distanciamiento con la presidenta, alimentados por un antecedente similar el 9 de marzo, cuando estos mismos líderes fueron captados tomándose una selfie mientras Sheinbaum llegaba al templete, un episodio que generó críticas y memes en redes sociales.

Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, ironizó sobre la situación:

“Hoy nos encorralaron para no cometer aquel error, nos encorralaron”, comentó con una sonrisa, aludiendo al incidente de marzo. En aquella ocasión, el grupo, distraído por la fotografía, no alcanzó a saludar a la mandataria, lo que algunos interpretaron como un desplante.

La imagen, publicada incluso por Manuel Velasco, se viralizó, intensificando las especulaciones sobre tensiones internas.

Sheinbaum restó importancia al tema, insistiendo en que no hay mensajes ocultos en la disposición de los asistentes.

Sin embargo, la visibilidad otorgada a gobernadores frente a figuras clave de MORENA y aliados como el Partido Verde no pasó desapercibida, reavivando el debate sobre la dinámica interna del movimiento. La presidenta reafirmó su postura de unidad, buscando cerrar la polémica y enfocarse en los logros de su primer año de gobierno.