Nueva Suprema Corte; rumbo a la democratización
- Karla Hernandez
- 1 sept
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Enfrenta el desafío de equilibrar autonomía y cercanía al pueblo
Con jueces electos por voto popular, cambio histórico con ecos del pasado
MARCOS H. VALERIO
México presencia el arranque de una Suprema Corte transformada por la reforma judicial impulsada por Andrés Manuel López Obrador y consolidada bajo Claudia Sheinbaum.
La elección popular de los nueve nuevos ministros, encabezados por el abogado mixteco Hugo Aguilar, marca un acto histórico global: México es el primer país en elegir a todos sus jueces por voto popular.
Asimismo, MORENA celebra la reforma como el fin de una Corte elitista, corrupta y nepotista, prometiendo una justicia cercana al pueblo. La elección de junio pasado, con un operativo electoral masivo del partido, aseguró la victoria de los nueve togados.
La figura de Aguilar, con su arraigo indígena y una ceremonia de purificación previa a la toma de protesta, simboliza el cambio hacia una Corte “del pueblo”.
Casos como los del empresario Ricardo Salinas Pliego, criticados por López Obrador, podrían poner a prueba esta supuesta cercanía popular. Si la Corte valida políticas públicas en contra de los ciudadanos, ¿cómo se sostendrá el discurso de justicia democratizada?
LECCIONES DE LA HISTORIA: ZEDILLO Y EL CONTROL DISFRAZADO
La reforma de Zedillo en 1995, que reemplazó a 26 ministros por 11 nombrados con su venia, es un precedente que la Cuarta Transformación usa para justificar su cambio.
Sheinbaum argumenta que, a diferencia de Zedillo, no impuso directamente a los ministros, sino que los sometió al voto.
México entra en una era judicial sin precedentes, donde el equilibrio entre democracia y autonomía definirá su éxito o fracaso
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