Reforma Judicial, paso crucial
- Karla Hernandez
- 1 sept
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El 2 de junio de 2024, el pueblo habló: Votamos por un cambio profundo
Reforma al Poder Judicial no es un capricho político, es una demanda ciudadana para erradicar corrupción e impunidad que han carcomido la confianza en nuestras instituciones
MARCOS H. VALERIO
México amanece con un aire de trascendencia. Es el primer informe de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, un momento que marca el rumbo más firme de la Cuarta Transformación (4T) en su nueva etapa.
Más allá de las formalidades, resuena con el eco de una lucha que el pueblo mexicano ha abrazado: la reforma al Poder Judicial, un pilar esencial para consolidar la transformación que millones anhelamos.
Hace 14 meses, el 2 de junio de 2024, el pueblo habló con claridad en las urnas. Votamos por un cambio profundo, por desmantelar un sistema judicial que, durante décadas, ha servido a intereses de unos pocos en lugar de garantizar justicia para todos.
La reforma al Poder Judicial no es un capricho político, sino una demanda ciudadana para erradicar la corrupción y la impunidad que han carcomido la confianza en nuestras instituciones.
Jueces, magistrados y ministros que han actuado con desdén hacia el pueblo, protegiendo privilegios y perpetuando desigualdades, enfrentan hoy un mandato claro: el México de la 4T no tolerará más abusos.
La presidencia de Claudia Sheinbaum llega en un contexto complejo. México está en constante movimiento, con una población creciente que demanda más oportunidades, más equidad y menos confrontación.
Asimismo, la 4T ha logrado avances históricos: millones de mexicanos han salido de la pobreza, con acceso a la canasta básica y un alivio en las necesidades más apremiantes.
Las remesas, la estabilidad en el precio de la gasolina y los programas sociales han sido pilares para sostener a las familias mexicanas. Sin embargo, no todo es perfecto. La inflación y los desafíos económicos recientes han puesto presión sobre los hogares, y el gobierno debe actuar con inteligencia y rapidez para mantener el rumbo.
La reforma judicial, en este sentido, es una pieza clave del Plan C, un compromiso de la 4T para ordenar las instituciones y garantizar que sirvan al pueblo. No es casualidad que esta reforma haya enfrentado resistencias. Como bien se ha dicho, “corrupto no sentencia a corrupto”.
Por eso, la transformación del Poder Judicial busca jueces y magistrados electos por el pueblo, transparentes y comprometidos con la justicia, no con los intereses de las élites. Han pasado 14 meses desde la elección que refrendó este mandato, y aunque el camino ha sido arduo, la voluntad popular es inquebrantable.
Hoy, en el primer informe de Claudia Sheinbaum, celebramos los logros de la 4T, pero también reconocemos los retos. México está convulsionado, sí, pero es una convulsión de cambio, de un pueblo que se levanta y exige lo que le corresponde.
La presidenta tiene la oportunidad de mostrar que la 4T no solo es continuidad, sino un proyecto renovado, con inteligencia y firmeza para enfrentar los problemas que persisten.
El 1 de septiembre de 2025 no es solo una fecha; es un símbolo de esperanza y lucha. Con la reforma judicial en marcha y el liderazgo de Sheinbaum, México avanza hacia un futuro donde la justicia no sea un privilegio, sino un derecho.
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