Sin salas de lactancia, no hay inclusión real: Urgen entornos laborales equitativos
- Karla Hernandez
- 1 ago
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En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, expertos destacan la necesidad de espacios adecuados para fomentar la equidad
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, del 1 al 7 de agosto, el periodista y facilitador de aprendizajes en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), Gerardo Sánchez Guadarrama, subrayó que la creación de salas de lactancia en los centros de trabajo no es un acto de buena voluntad, sino una medida estructural indispensable para garantizar la equidad.
“La inclusión no es solo una política; los entornos que habitamos hablan de quién puede estar ahí y en qué condiciones”, afirmó, destacando que la ausencia de estos espacios refleja una barrera significativa para las mujeres trabajadoras en México.
Las cifras respaldan la urgencia de esta medida. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021, solo el 28.6% de los bebés menores de seis meses en México reciben lactancia materna exclusiva, lejos del 44% global reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2023, que aún no alcanza la meta del 50% para 2025. Sánchez Guadarrama señaló que las principales barreras no son biológicas, sino estructurales: la falta de salas de lactancia, horarios rígidos, estigmas sociales y la carencia de políticas de cuidado efectivas.
Estos factores limitan la posibilidad de que las mujeres trabajadoras ejerzan su derecho a la lactancia en condiciones dignas, perpetuando la desigualdad laboral.
La historia de las salas de lactancia demuestra que no son una novedad, sino una conquista de larga data. A principios del siglo XX, fábricas europeas habilitaron espacios para obreras lactantes, y en 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoció el derecho a pausas para la lactancia.
En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación marcó un hito en 2013 al instalar una sala como parte de su política de igualdad de género, mientras que a nivel global, instituciones como la ONU y empresas como Google han establecido estándares de diseño y funcionalidad.
En el país, la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación obliga a los centros de trabajo a contar con salas de lactancia, respaldada por una guía elaborada por la Secretaría de Salud, el IMSS, UNICEF y la Secretaría del Trabajo.
Estos espacios trascienden la función práctica, ya que reflejan la cultura organizacional de una institución. “Una sala de lactancia no solo responde a una necesidad biológica; es una declaración de compromiso con la equidad”, afirmó Sánchez Guadarrama.
En México, donde la lactancia materna enfrenta desafíos estructurales, la implementación de estas salas debe ser una prioridad para empresas y gobiernos. La Semana Mundial de la Lactancia Materna es un recordatorio de que la inclusión real requiere transformar los entornos laborales para que todas las personas, especialmente las mujeres trabajadoras, puedan desarrollarse plenamente sin sacrificar sus derechos fundamentales.

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