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Vidulfo Rosales deja caso Ayotzinapa

  • Foto del escritor: Karla Hernandez
    Karla Hernandez
  • 25 ago
  • 2 Min. de lectura

“El horizonte aún es gris” en la búsqueda de verdad y justicia, dijo



Tras 24 años de incansable labor en el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el abogado Vidulfo Rosales Sierra anunció su separación de la organización y de la representación legal de los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala en 2014.


En un comunicado titulado “En otras trincheras de lucha”, Rosales expresó su gratitud hacia Tlachinollan y reafirmó su compromiso con la defensa de los derechos humanos, los pueblos indígenas y la justicia social, prometiendo continuar su labor desde nuevos espacios, aunque no especificó cuáles.


Durante más de dos décadas, Rosales Sierra se convirtió en una figura clave en la defensa de luchadores sociales y comunidades marginadas en Guerrero.


Su trabajo incluyó la asesoría a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC), el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP) y la representación de casos emblemáticos, como la desaparición de los líderes sociales Raúl Lucas Lucía, Manuel Ponce Rosas, Arnulfo Cerón Soriano y el asesinato del defensor del agua Marco Antonio Suástegui Muñoz.


Sin embargo, su labor más conocida fue acompañar a los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, un caso que marcó su trayectoria y lo enfrentó a amenazas y presiones constantes.


El abogado, originario de una comunidad indígena de la Montaña de Guerrero, relató cómo los “hechos ominosos” que atendió, como los ataques contra los normalistas, lo cimbraron, pero también le dieron fuerza para perseverar.


En su comunicado, agradeció al antropólogo Abel Barrera Hernández, director de Tlachinollan, por forjarlo como defensor y permitirle “caminar al lado de los pueblos” más vulnerables.


A pesar de los avances logrados, Rosales reconoció que “el horizonte aún es gris” en la búsqueda de verdad y justicia, especialmente en el caso Iguala, que sigue sin resolverse a casi 11 años de los hechos.


La trayectoria de Rosales no estuvo exenta de riesgos. En 2012, tras investigar el asesinato de los normalistas Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, tuvo que salir del país por amenazas contra su vida. En 2024, el exgobernador Ángel Aguirre Rivero amagó con demandarlo por sus declaraciones en el contexto de las investigaciones de Ayotzinapa.


Con la frente en alto, Rosales Sierra se retira de Tlachinollan reafirmando su compromiso con las comunidades indígenas y la lucha contra la marginación, asegurando que seguirá trabajando por un mundo más justo desde “otras trincheras”

 
 
 

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