Hipocresía de Mario Delgado
- Karla Hernandez
- 27 jul
- 2 Min. de lectura
Austeridad de palabra, lujo de acción
Secretario de Educación calla ante críticas por su costoso viaje a Portugal, contradiciendo la austeridad republicana
MARCOS H. VALERIO
Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo llama a sus colaboradores a mantenerse cercanos al pueblo y rechazar excesos, figuras como Mario Delgado, secretario de Educación Pública, parecen hacer oídos sordos. Su reciente viaje a Portugal, donde fue captado disfrutando de las comodidades del lujoso hotel Pousada de Lisboa, ha destapado una contradicción que no pasa desapercibida.
Hace unos días, Mario Delgado fue fotografiado en el restaurante de este exclusivo hotel, ubicado en el corazón histórico de Lisboa, donde una noche puede costar más de 15 mil pesos.
Las imágenes, que circularon ampliamente en redes sociales, muestran al funcionario en un ambiente relajado, acompañado por una mujer, disfrutando de una experiencia que dista mucho de la sobriedad que pregona.
El sábado pasado, cuando reporteros lo abordaron en el Zócalo capitalino, durante la ceremonia por los siete siglos de la fundación de México-Tenochtitlan, Delgado optó por el silencio, limitándose a saludar con ademanes y evadir cualquier pregunta sobre su escapada europea.
Este no es un caso aislado. Apenas la semana pasada, la presidenta Sheinbaum reprendió diplomáticamente al diputado Ricardo Monreal por sus vacaciones de lujo en el hotel Villa Magna de Madrid, España. Monreal, con una excusa poco convincente, aseguró que solo fue a desayunar.
Ahora, Mario Delgado sigue el mismo guion: silencio y evasivas
El contraste es abrumador. En sus publicaciones de redes sociales, donde bloquea respuestas para evitar críticas, Delgado ha insistido en la austeridad como sinónimo de buen gobierno. “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, escribió el 2 de agosto de 2024. Sin embargo, sus acciones en Portugal pintan un cuadro muy distinto: Esta hipocresía traiciona los principios de la 4T
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