Restos descubiertos en CDMX, vestigios de panteón
- Karla Hernandez
- 11 jul
- 3 Min. de lectura
Cementerio de Santa Paula; data de los siglos XVIII y XIX
Expertos del INAH analizan osamentas descubiertas en Paseo de la Reforma, vinculadas a un cementerio colonial demolido en el siglo XIX
MARCOS H. VALERIO
Un sorprendente descubrimiento arqueológico ha sacudido la capital mexicana tras el hallazgo de restos óseos en una obra en construcción ubicada en Paseo de la Reforma 159, en la colonia Guerrero. Según informó Luis Gómez Negrete, titular de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México, las osamentas corresponden al antiguo panteón de Santa Paula, un cementerio colonial que operó entre 1786 y 1871.
Este hallazgo, confirmado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ofrece una ventana al pasado de la ciudad y resalta la riqueza histórica que yace bajo las calles de la moderna metrópoli.
El descubrimiento ocurrió durante trabajos de construcción en un predio privado, cuando obreros encontraron restos humanos que de inmediato alertaron a las autoridades.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) y el INAH desplegaron un equipo de peritos y agentes de investigación para resguardar la zona y realizar las primeras diligencias.
Según un comunicado de la Fiscalía, el sitio ya había sido objeto de un rescate arqueológico en 2014, cuando se identificaron entierros humanos asociados al mismo panteón, lo que refuerza la hipótesis de que el área era parte de este camposanto colonial.
El panteón de Santa Paula, establecido a finales del siglo XVIII, fue uno de los principales cementerios de la Ciudad de México durante la época colonial y los primeros años de la Independencia.
Su demolición, iniciada a finales del siglo XIX y concluida en la década de 1900, dio paso a la urbanización de la zona, pero dejó tras de sí vestigios que hoy son recuperados por los arqueólogos.
Según información recabada a través de Google Maps y estudios históricos, el cementerio abarcaba un área significativa en lo que hoy es la colonia Guerrero, cerca del corazón de la capital.
“Este hallazgo no solo nos conecta con el pasado colonial de la ciudad, sino que también subraya la importancia de preservar nuestro patrimonio arqueológico”, señaló Gómez Negrete.
Los restos, que incluyen fragmentos de esqueletos humanos, están siendo analizados por especialistas del INAH para determinar su estado de conservación, posibles causas de muerte y características demográficas de los individuos, que podrían incluir hombres, mujeres y niños de la época.
La intervención del INAH es crucial, ya que el instituto cuenta con experiencia en el manejo de restos históricos. En 2014, excavaciones previas en la misma zona permitieron documentar entierros similares, lo que sugiere que el Panteón de Santa Paula albergó a una población diversa de la Nueva España.
Los expertos también investigan si los restos podrían proporcionar información sobre las prácticas funerarias, las condiciones de salud y el contexto social de los habitantes de la Ciudad de México en los siglos XVIII y XIX.
Este descubrimiento se suma a otros hallazgos arqueológicos recientes en la capital, como los restos de un tzompantli azteca en el Templo Mayor, que contenía más de 650 cráneos, o los entierros prehispánicos en el Estado de México y otras regiones.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que la Ciudad de México es un mosaico de capas históricas, desde la era prehispánica hasta la colonial, que emergen en el contexto de su constante modernización.
La Secretaría de Cultura y el INAH han enfatizado la necesidad de realizar excavaciones cuidadosas para evitar daños a los restos y garantizar su preservación. Además, se espera que los análisis osteológicos y de datación permitan esclarecer si los entierros están relacionados con eventos históricos específicos, como epidemias o conflictos de la época colonial.
Mientras tanto, las autoridades han acordonado el predio para proteger el sitio y continuar con las investigaciones.
El hallazgo del Panteón de Santa Paula no solo es un recordatorio de la historia enterrada bajo la capital, sino también un llamado a integrar el patrimonio arqueológico en los proyectos urbanos.
La Ciudad de México, construida sobre los cimientos de Tenochtitlán y la Nueva España, sigue revelando secretos que enriquecen nuestra comprensión del pasado y desafían a las autoridades a equilibrar el desarrollo con la conservación de su legado histórico
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